La higiene oral constituye el medio ideal para gozar de buena salud bucal. El objetivo fundamental de la higiene es reducir el nivel de bacterias (placa bacteriana) que inducen a enfermedades tales como la inflamación de las encías y caries dental. Al eliminar los restos de alimentos evitamos el mal olor y creamos una sensación de confort que siempre resulta agradable.
Toda persona necesita del cepillado constante, minucioso y continuo para evitar la formación de placa bacteriana. El uso de la pasta dental da una sensación de frescura, que puede resultar engañosa si el cepillado no se ha realizado en forma correcta. Los frenillos y alambres colocados en los dientes propician muchos espacios y rincones en los que se pueden acumular fácilmente los restos de alimentos ingeridos, por tanto, es indispensable el lavado y cepillado inmediato de los dientes después de cada comida.
La zona que plantea a los pacientes con frenillos mas dificultad de higiene es la parte que queda entre los frenillos y el borde de la encía, por lo que debe ponerse especial cuidado a esa zona. Con un enjuague dental se puede obtener una asepsia completa en toda la boca, especialmente en aquellos espacios donde el cepillado se dificulta.
El requisito básico para un buen cepillado es hacerlo con tiempo, sin prisa, empleando una secuencia y metodología que asegure la limpieza de toda la superficie de los dientes. Utilizar los cepillos especiales para ortodoncia facilitará el trabajo. El cepillo interdental se encargará de limpiar los restos acumulados en los bordes de los frenillos. El hilo se recomienda una vez al día para remover la placa bacteriana que se deposita en los contactos de los dientes.
Si el paciente se propone mediante un pequeño esfuerzo diario aplicar una técnica correcta de cepillado, sus dientes, frenillos y encías se lo agradecerán, obteniendo un gran beneficio en su salud y obsequiándole una hermosa y alineada sonrisa al final del tratamiento de Ortodoncia.
